Los primeros rayos de sol asoman tras el edificio de enfrente. Me asomo al balcón y puedo ver el estallido de colores que se dibujan en el cielo como si este estampado fuera a permanecer eternamente. Esa luz se esconde tímidamente por miedo a salir como se refugian hoy nuestros sentimientos.
Cierro los ojos por un momento y soy capaz de escuchar el cantar de los pájaros; el silencio de la mañana, y esas cenizas de un cigarro que se consume solo mientras me quedo anonadada por tanta belleza y sueño, sueño que soy esa estrella decidida a iluminarte; y sueño que soy esa ave decidida a deleitarte con mi voz; y sueño... sueño que soy libre
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