lunes, 28 de diciembre de 2020

Cirujana

Mi padre quería que fuese médico, pero no puedo ni ver la sangre, cuanto menos dedicarme a ello. Sin embargo, si lo pienso por un segundo, tengo la carrera de medicina y la especialidad de cirugía, porque en algún momento de mi vida me he encontrado con un cuerpo destrozado, roto por dentro y por fuera. En algún instante he conseguido que un corazón vuelva a latir y, aun cuando los huesos se rompen y la carne se desgarra, mi insistencia y persistencia ha conseguido que este cuerpo vuelva a andar, ha logrado que la sangre fluya de nuevo y que el cerebro vuelva a pensar con claridad. Porque todos podemos ser cirujanos y todos hemos sido pacientes heridos, aquejados de un cáncer del que pensábamos que no podríamos salir, pero todo tiene tratamiento si uno quiere luchar.

Tenemos la capacidad de sentir porque seguimos, en un mundo en el que, a veces lo que nos rodea nos hiere, pero es preferible sentir dolor a no sentir nada, pues el dolor se puede curar, pero la muerte… la muerte ni el mejor cirujano lo arregla.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Lasaña de verduras

Tantos miedos e inseguridades, tantos complejos del pasado y otros tantos que conviven en mi presente; pero... ¿cuántos de ellos formarán pa...