Por qué se pierden

Un día perdí una pulsera que me había regalado una persona muy especial. Me puse triste, por perderla, pero principalmente por lo que esa persona había representado en mi vida. Mi madre entonces me dijo:

"Cuando se pierde un regalo de una persona, es porque ya no lo necesitas"

Aún hoy conservo detalles de personas que aún no siendo esenciales en mi presente, significan mucho de lo que soy; porque en un momento dado fueron una luz en mi noche y aunque ahora ya tenga la luna, su recuerdo siempre me traerá una sonrisa. Sin embargo, aquellos cuya aura se transformó en un fantasma, duermen bajo el olvido; sin ni si quiera recordar si hubo algo que echar de menos.

Por ello, si pierdes algo, no te culpes, no insistas, está claro que no era para ti, pues de serlo, no se habría ido. Simplemente disfruta de aquellos que permanecen contigo, porque quien de verdad necesites, nunca se irá y a los que partieron, ni un pensamiento merecen.

Querer es libertad

Errar es humano y sí, me equivoqué muchas veces, me dejé llevar por los demás; escondí mi naturalidad por gustar a otras personas y así, fui perdiendo mi sonrisa, mis ganas de vivir, mi esencia cierto es. Por eso mismo hoy lucho día a día sin cesar por todo lo que quiero, por todo lo que valgo y lo que soy; y en especial, por hacerme valer. Ahora mi autoestima está por encima de cualquiera, porque quien te quiere, te considera un tesoro que proteger. 

Así hoy puedo decirle a quien me encerró en esa cárcel que soy más libre que nunca y que entre rejas aprendí que aquellos que te aprecian no te abandonan a la primera de cambio, ni te ahogan si no sabes nadar. Aquellos que están no necesitan decirlo, porque se les siente.

Aquel que te acompañe en tu camino de forma sincera, aquel que te guarde como oro en paño, siempre permanecerá a tu lado dándote la mano por si la necesitas, nunca estará delante poniéndote la zancadilla ni decidiendo tus pasos. Recuerda bien esto, porque querer no significa atar, sino libertad.