Las personas se valoran más cuando las pierdes, por eso quizás es bueno que te pierdan, porque al menos de esta forma serán capaces de echarte de menos, de valorar cuánto hiciste, diste. Porque dicen que quien te quiere, no te hará llorar, porque los humanos somos seres egoístas por naturaleza, somos cálidos cuando nos encontramos, fríos cuando nos distanciamos, pero en este trayecto habrá quien te acompañe de la mano, quien te acepte y sea capaz de cambiar tus rarezas, pero también habrá quien decida irse por la tangente y debes ser capaz de aceptar lo que el tiempo te depare.
A veces lo correcto puede dañarte, pero más vale una
retirada a tiempo que una victoria sin ganadores. Digo que sí a mi lucha, digo
que sí a seguir amando, pero no volveré a caer en la trampa de las palabras, no
volveré a centrarme en lo que pudo ser y no fue. Porque ya son muchas las
experiencias que me atan al fracaso, porque el tiempo sólo se alarga y ya no me
siento con fuerzas de encontrar a esa persona. Tal vez ya la haya encontrado,
tal vez sea yo misma, porque nadie será capaz de quererme como yo misma me
quiero.
Y la vida es fugaz como las estrellas como para dedicarla a echar de menos, es corta como para entregarla sin interés a cambio. Mi vida ha sido un préstamo sin intereses y pocas veces me han devuelto si quiera el tiempo regalado, cuanto menos mis comisiones. Ahora este banco ha entrado en quiebra, ya no habrá más hipotecas concedidas, no habrá intervención de las cuentas, simplemente debo centrarme en lo que de verdad me importa, yo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario