viernes, 14 de enero de 2022

Déjate iluminar

Conduzco por la carretera mientras aún quedan algunos rayos de sol alumbrando el camino y pienso la belleza de ese atardecer que nunca volverá. El Sol pronto se esconderá otro día más pero su luz seguirá guiándome incluso en la noche. El calor tal vez desaparezca, pero él es capaz de trasladar todo su resplandor a la luna para que ésta le revele en su ausencia. Es una compleja armonía que nos permite seguir abriendo los ojos en la oscuridad, aunque ya no esté.

No seré yo esa gran estrella capaz de alumbrar a quien necesita un poco de claridad, pero si puedo ser esa luna que se deja alcanzar por un destello para mantener la llama viva de quien la mira. Así funciona el mundo, todo gira en torno a uno mismo y a los demás para que las tinieblas nunca tengan opción. La luna girando sobre sí misma y sobre la Tierra, la Tierra girando alrededor del Sol y sobre sí misma, pero todos los movimientos componen al final un complejo sistema rotatorio que hace perfecta la vida. Porque sin el sol, la luna no podría alumbrar las noches, sin él no tendríamos calor para vivir, pero sin la luna… qué sería del mar y sus mareas, y sin nosotros… para qué existir un planeta.

Al final somos una pieza más del cosmos, pero nuestra presencia importa, quizás no para todo el mundo, pero si para otra persona y así sucesivamente hasta componer el verdadero valor de la humanidad. Así que si no puedes ser el Sol para alguien, aprende a ser la Luna.


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