El fracaso y el éxito separados por una fina línea de percepción. Realidad incontrolada por los estados de tu mente inquieta te hacen soñar con los ojos abiertos. Dormiré entre los brazos de Venus si me arropa con su calor y despertaré rodeada por los anillos de Saturno si así aprendo a desvanecer mis pensamientos.
Y si consigo viajar hasta las estrellas ellas serán mi luz cuando la luna se esconda; que si fracaso en el intento, será porque tu luz interior será el éxito de esta aventura hacia Neptuno. Y si su ira me acecha, me convertiré en sirena, aprenderé a cantar y mi éxito será que llegue a oídos de Urano, porque tu voz tendrá ganado el cielo.
No tendré miedo al abrigo de Mercurio cuando sienta que la grandeza de Jupiter y su fuerza me persiguen, ni si quiera cuando el viento sople en la dirección contraria, porque el final de este viaje siempre será el mismo, la Tierra. Aunque estés a millones de años luz de ti mismo, no cierres los ojos para soñar que regresas. El éxito o fracaso sólo depende de cómo quieras despertar en esta locura irracional.
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