Aprendemos a dar la cara cuando el mundo nos da la espalda y nos hacemos fuertes cuando la debilidad se apodera de nosotros. Apreciamos la felicidad cuando hemos sentido la tristeza y buscamos los sueños cuando ya los hemos vivido.
El mundo es una balanza que sólo cobra sentido si existen dos polos opuestos atraídos, unidos por un eje central al que deberemos regresar cuando nos sintamos perdidos, ese punto que mantiene nuestro equilibrio, que marca la diferencia entre lo bueno y lo malo y nos recuerda cada día en qué parte estamos. Y allí, si pesa más lo uno o lo otro sólo dependerá de nosotros, de la fuerza que tomemos para levantar las penas y mantener a nuestros pies las alegrías.
Recuerda que todo tiene una doble cara y... un día + es un día -
No hay comentarios:
Publicar un comentario