Si sales a
pasear, procura cerrar con llave para que ningún okupa invada tu espacio, pero
no se puede controlar si un vecino toca el timbre, si el cartero trae un
paquete, y el buzón siempre está vacío. Si el destino te llamó y te gastó una
broma, si no había nadie al mirar por la mirilla, simplemente no abras, pero
también hay quien reparte pizza a domicilio; no le niegues la entrada.
- - Toc
toc
- - ¿Quién
será?
Si no abres,
nunca sabrás si mereció la pena invitarle a pasar. No temas al desconocido más
que por lo bueno que pueda aportarte. Siempre hay tiempo de echarle.
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