Nunca creíste en el
destino y hoy es quién te lleva de la mano. Aprendiste el significado de la
felicidad a través de los golpes y te descubrieron el paraíso cuando ya habías
visitado el infierno y, aunque no sea la forma ideal de descubrir este tesoro, yo
me quedo con la suerte de haberlo encontrado.
Y si me preguntas por los problemas, te diré que en mi diccionario no existen, pero si algún día volviera a llover, no cierres la ventana, porque mojarse de vez en cuando es bueno para seguir
creciendo.
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