Incluso los recuerdos que a veces suponen una losa son bienvenidos en nuestros pensamientos. Aquellas imágenes que se filtran en nuestro inconsciente nos hacen recordar que seguimos en pie, porque sin ellos no habría pasado, ni podríamos dar sentido a nuestra existencia. Aquellas películas que creamos y volvemos a ver una y otra vez cuando las necesitamos no sólo nos producen alegría, también hacen que aquellos que un día se fueron, de un modo u otro, sigan latentes, vivos para ocupar una parte de nuestra esencia.
Por eso hay que vivir con intensidad, arrepentirse sólo de
aquello que hicimos, y no de lo que dejamos de hacer, compartir cada momento y
recopilar cuánto podamos, porque eso es lo único que nos llevaremos, esos
instantes son los que nos mantendrán despiertos para otros, y si cayese en el
olvido…, si mi recuerdo fuera olvidado… significaría que he muerto.
Porque no hay mayor castigo que el alzhéimer, aunque hoy te pesen los recuerdos, piensa que mañana serán otros quien te mantengan en este mundo. No dejes nunca que un recuerdo te entristezca, porque si esa película te hizo reír, es que eres humano y si hoy por hoy te duele, mejor el dolor que la nada.
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