Y de pronto escuchas esa canción que sin darte cuenta te hace moverte, con los ojos cerrados te dejas llevar por el ritmo, sientes la melodía como recorre cada milímetro de tu cuerpo y una leve sonrisa comienza a aparecer por tu rostro y es capaz de alargarse entre tus pómulos, porque su letra te llena, es como si te liberases de tanto dolor, porque para poder vivir y disfrutar del presente, debes estar en paz con tu pasado. Así la calma se apodera de tu ser con esos movimientos y esa tranquilidad se transforma en alegría, en ganas de comerte el mundo, de salir ahí fuera, a ese mundo lleno de tanto odio, tanta maldad, tanta tristeza y gritar por doquier que ya nada te hace daño, que por fin sientes la libertad, la felicidad.
Ninguna cicatriz puede arrebatarte tu vida, ningún pensamiento puede herir tu corazón, hoy nadie puede pararte, nadie puede tapar ese resalte que escondían tus labios sellados. Porque en esta guerra sólo existe un enemigo, y yo firmé un acuerdo de paz con él. Si el ayer ya no es un problema, hoy firmo una tregua con mi mañana, porque en esta batalla mi hoy será mi mejor aliado, así que... que siga fluyendo esta canción.
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