Lágrimas

Un hasta pronto no es un adiós. Tener que marchar sólo son unos labios que se quedan pendientes de volver a besarse, una mirada latente de volverse a encontrar y un sentimiento que va creciendo a medida que el tiempo avanza. Tener que decir me voy es sólo la escusa para tener que volver, es el motivo para mirar hacia delante en busca de un nuevo momento, tener el pretexto para volver abrazarse y la justificación para echarse de menos.

Dejar caer esa lágrima ante una despedida no significa tristeza, sino felicidad por lo poseído. Significa que esa experiencia fue tan bonita y especial que ponerla fin supone despertar de un sueño. Pero recuerda que hay más noches para seguir soñando; aunque si finalmente se desliza por tus mejillas, su valor es mayor si es capaz de hacerte sonreír al recordar lo vivido.  Porque de todo podemos encontrar la razón de una sonrisa si buscamos el origen real de la misma.

Apariencias

Porque al mirar te puede gustar ese plato, pero cuando lo saboreas es cuando realmente te puede encantar o disgustar. Todo con una buena presentación dan ganas de probarlo, pero sólo aquello que te hace la boca agua se convertirá en tu plato favorito. Te pueden poner una preciosa decoración que te llame la atención, que si al degustarlo no te convence, cambiarás al segundo plato.

Porque en esta vida todo son apariencias, a veces engañan tanto que lo que parece ser perfecto es incompleto y lo que aparentaba no ser nada, hoy es la llave que abre todo. No cambies nunca la risa constante por una carcajada envuelta en llanto. No olvides nunca que la normalidad más absoluta puede ser lo extrañamente anormal.

Porque prefiero retortijones que me provoquen escalofríos incluso en verano que mariposas que desaparezcan en la primera ola de calor.

Tus gafas

¿Y si nada fuera blanco o negro?

Tenemos tendencia a ordenar el bien y el mal, pero no todo es un camino recto. A veces tenemos rotondas con cuatro salidas, a veces hay señales de stop o semáforos que nos retienen. Sabemos que existe el equilibrio porque tenemos dos ejes opuestos que se atraen y que los separa una fina línea, pero no todo es cuestión de buena o mala suerte. A veces simplemente son nuestras decisiones que marcan la tendencia a seguir.

Creemos firmemente que existe el calor y el frío, pero solo es nuestra sensación, pues puedes sentir el invierno con un simple bikini o sentir el verano con un jersey, así que arrópate bien cuando lo necesites y deshazte de aquello que te asfixie.

La vida esta llena de colores, cómo lo veas solo depende de tus gafas.

Así de simple

Toma un respiro y verás como aquello que tenía tanta importancia deja de importar, como aquello que era insuficiente ahora es imprescindible y lo que creías que valía tanto se devaluó como moneda de cambio. Pon freno a la tristeza y arranca cada día con alegría; que si algo tiene que ser, será, y si no, es porque algo mejor está por llegar.

Nunca creíste en el destino y hoy es quién te lleva de la mano. Aprendiste el significado de la felicidad a través de los golpes y te descubrieron el paraíso cuando ya habías visitado el infierno y, aunque no sea la forma ideal de descubrir este tesoro, yo me quedo con la suerte de haberlo encontrado.

Y si me preguntas por los problemas, te diré que en mi diccionario no existen, pero si algún día volviera a llover, no cierres la ventana, porque mojarse de vez en cuando es bueno para seguir creciendo.

Plan Z

Acostumbras a hacer planes, a mirar más allá del horizonte que albergas ver y con unos prismáticos comienzas a imaginar que será de ti al otro lado del océano, qué objetivos cumplir cuando alcances tierra firme, pero no te paras a pensar que existen muchos obstáculos por el camino, más tormentas que atravesar, lloverá y volverá a salir el sol, el viento azotará tu barco en alta mar, tal vez encuentres tiburones pero también habrá delfines que podrán acompañarte en tu travesía. Lo importante es poder llegar, pero todo tiene su precio.

A veces nuestro viaje se torna  lleno de fantasía y ciencia ficción para con el tiempo contarlo como una leyenda donde lo grandioso es haber seguido el camino incluso aunque todo hiciese aguas, porque aquello que te permite volver a pisar tierra firme no será ni mucho menos un plan A, sino posiblemente el plan Z, y es que no podemos olvidar que nuestro alfabeto tiene muchas letras, así que no podemos tirar la toalla cuando nuestro primer plan se venga abajo. Y si llegamos a la última letra, siempre nos quedará cambiar de alfabeto.