Quien no cree en cuentos, no sabe lo que la realidad le oculta. Si un día hablamos de una niña con capucha roja huyendo de un lobo feroz, no es sino el maltrato que muchas mujeres sufren. Si un día hablamos de un príncipe convertido en rana, no es sino la decepción de una relación fallida.
Las leyendas no fueron imaginadas,
ni las historias inventadas, pues hubo un tiempo en que los valores se
aprendían desde pequeños. Las fábulas que nos contaban nos ayudaban a dar
sentido a muchos de nuestros actos, que si la hormiga sobrevive en invierno es
porque trabajó duro para conseguirlo.
Hoy día hemos
evolucionado hacia un mundo de filmografía, pero su temática aún persiste, porque
en nuestra realidad, aún hay lobos que persiguen niñas; y hubo un tiempo en que yo misma llevé una capucha roja, pero en nuestras manos está cambiarlo; convertirnos en verdaderos cazadores de lobos.
Hoy todos somos Caperucita... verde, azul, blanca, roja...
No hay comentarios:
Publicar un comentario