La escalinata

Nacemos del vientre de nuestra madre, crecemos, pero seguimos a resguardo de quien nos dio la vida. Queremos ser mayores sin saber que cuando lo seamos, querremos ser pequeños otra vez. Rompemos el lazo que nos une a nuestros orígenes y suena la sirena de salida.

Una escalinata de oro se asoma ante nuestros ojos y queremos correr cuando todavía no sabemos andar. Peldaño a peldaño levantamos cada pie a nuestros pasos; que si pisamos fuerte lo hacemos sobre seguro, pero si dudamos, mejor es no darlo. Cada avance supone un nuevo esfuerzo y si no estamos entrenados, podemos perder la consciencia. Pero si esto pasa, siéntate, coge aliento y camina cuando recuperes tu latir.

Nunca olvides los escalones que ya alcanzaste, pero mirar hacia la salida puede suponer vértigos innecesarios. Cuesta arriba o cuesta abajo, no pierdas de vista la cima, que en lo alto de esta escalera está nuestra meta. No quieras subir de cualquier manera, pues lo importante es correr la maratón completa.   

Y si la vida es una carrera constante...

Eje central

Un cristal te separa de la vida, sigues con la mirada el vuelo de los pájaros, cierras los ojos y sientes su libertad por un instante. El viento te penetra como un soplo de aire fresco. Desde allí arriba todo parece minúsculo y nada tiene importancia. No distingues los detalles, pero alcanzas a ver más allá del horizonte. Te posas sobre un árbol y te camuflas entre sus hojas.

Alzas tus alas y de nuevo a volar. Al principio tu vuelo es bajo, corto y precisas de otras aves que te enseñen a subir a lo alto; pero con el tiempo, atraviesas las nubes, densas a veces, tanto que crees que nunca verás el cielo, pero ellas también siguen su camino.

Divisas un balcón a lo lejos, un cristal empañado y lanzas tu cantar al abismo. Sólo aquel que es capaz de sentirte cierra los ojos para oír tu voz y tu canto llega hasta sus oídos. No importa el cristal, cuando puedes soñar; no importa la distancia cuando ella os unió más. Si pensaste que el mundo se te caería encima, te equivocaste. 

Hoy puedes darle la vuelta al mundo que éste mantendrá su equilibrio. Hoy se fijó su eje central...

Súbete a mi tren

Como un ferrocarril estacionado, esperamos que los pasajeros suban a sus vagones. Ponemos en marcha las máquinas, motores que rugen y suena la sirena. Somos un tren en marcha que corre a alta velocidad. Hacemos paradas para recoger a quien creemos debe recorrer este camino con nosotros. Nuestro destino es llegar a tiempo. El tren está a punto de partir, no olvides coger tu billete.

Será largo el trayecto y habrá muchos túneles que atravesar, pero este tren no se parará en ninguno de ellos. Cuando atraviese las montañas, sus luces alumbrarán los raíles y cuando llueva sólo se mojará por fuera. Nuestro viaje no tendrá su fin, pararemos sólo cuando veamos la estación; porque aunque sea mucha la distancia, aunque se nos venga la noche encima, aunque una curva nos impida ver el final del túnel, la luz terminará llegando. 

Ven, súbete a mi tren, aquí los sueños no tienen fin. 

Este no es el fin

Tiempos difíciles para afrontar la realidad que acontece; pero nadie dijo que fuera a ser fácil. Si venciste al miedo es porque le miraste a la cara, si venciste a las dudas es porque preguntaste a tiempo, si venciste a la oscuridad es porque buscaste tu estrella. Si venciste a la soledad es porque encontraste tu musa.

La vida pasa como una película; a veces más rápido, otras más lento, a veces es una comedia, otras un drama, pero lo importante es que siempre tiene un argumento, siempre tiene un desenlace; pero aunque parezca que la última escena es el final, detrás siempre vienen los créditos.

A veces, perdemos una parte de nuestra vida y nos sentimos vacíos, pero recuerda que nada aparece ni desaparece, simplemente cambia su forma. Perder a alguien que estaba entre nosotros sólo supone que ahora estará en nosotros.

Salta conmigo

Necesito contarte un secreto...

En estos días he conocido a alguien; una persona realmente increíble, capaz de hacerte sonreír cuando a él ya no le quedan fuerzas; capaz de levantarse una y otra vez cuando el destino le golpea. Hoy quiero contarte que en esos días grises, él ha sido el rayo de luz; y por eso en esta tarde lluviosa quiero ser su paraguas. Hoy quiero gritarle al mundo lo grande que es su corazón para resistir tanto dolor, quiero llorar su pena para que no sienta la tristeza y abrazarle tan fuerte que pueda respirar por él. 

Necesito contarte un secreto...

Aún cuando el destino te gaste un mal sueño y despertar sea aún más duro; aún cuando la realidad te atormente y prefieras una burbuja, en esta cama siempre tendrás una manta para sentirte arropado. No permitas que una pesadilla te aleje de la vida.

Si hoy no tienes fuerzas para saltar, yo saltaré por ti.

La noción del tiempo

Irónico el momento en que la prisión se convierte en tu libertad, en que el perderte supone volver a encontrarte y el distanciamiento supone el mayor acercamiento. Irónico que la falta de aire sea lo que te permita respirar profundamente, que su condena sea tu salvación y que tu guerra se convierta en tu paz. Irónico cuando el tiempo se para y tú lo sientes eterno.

Si tu eres el juez que busca una causa justa, deberás aprender a escuchar. En tu mente no hallarás la resolución a las dudas que albergas, pero si escuchas cada latido; cada centímetro de tu piel te darás cuenta que no entendemos las cosas hasta que el cuerpo las asimila. El tiempo tiene la clave del veredicto, pero si el fallo no te convence, siempre puedes recurrirlo.

Si no hay aislamiento mayor que perder la noción del tiempo, y me hiciste olvidar el día en el que vivo, ya no quiero que me liberen. Si el tiempo se paró, que me coja sonriendo, si el tiempo se paró... no quiero saber cuándo.

De colores

Despertaba por la noche sin poder distinguir si eran las 3 o las 8 de la mañana y me duchaba sin diferenciar el champú del gel. Solía ir a la playa sin apartarme de quien me acompañaba para no perder mi toalla. Se me empañaba la vista en invierno cuando entraba en un sitio cálido y veía borroso cuando llovía a mares.

Así decidí operarme para ver todo claro y nítido de nuevo, para no perderme cada momento, pero me di cuenta que el problema no estaba en la nitidez con que apreciaba cada palabra escrita, cada número, cada silueta en el horizonte; sino en el color. El color con que vemos las cosas hace que nos parezcan más tristes o más alegres. A veces su coloración nos entorpece para ver realmente lo más llamativo; otras, nos confunde por los prejuicios ya asimilados y sólo en raras ocasiones nos ayuda a tomar la decisión correcta.

Debe ser mágico poder apreciar y valorar algo independientemente de su color y más aún, ser capaz de discernir esos pequeños detalles cuando las tonalidades son tan parecidas. Como si mis ojos fueran los tuyos, hoy quiero ser capaz de divisar el matiz particular de cada pigmento, que no me confunda su intensidad; quiero dejarme llevar entre esa gama de colores y teñir el blanco sobre el negro.

Hoy quiero ponerle más color a la vida

Un día + es un día -

Un vaso no está medio vacío si puede estar medio lleno. Nada se destruye si puede transformarse en algo mejor. La oscuridad no existe si aún puedes verla ni el silencio es real si puedes escucharlo.

Aprendemos a dar la cara cuando el mundo nos da la espalda y nos hacemos fuertes cuando la debilidad se apodera de nosotros. Apreciamos la felicidad cuando hemos sentido la tristeza y buscamos los sueños cuando ya los hemos vivido. 

El mundo es una balanza que sólo cobra sentido si existen dos polos opuestos atraídos, unidos por un eje central al que deberemos regresar cuando nos sintamos perdidos, ese punto que mantiene nuestro equilibrio, que marca la diferencia entre lo bueno y lo malo  y nos recuerda cada día en qué parte estamos. Y allí, si pesa más lo uno o lo otro sólo dependerá de nosotros, de la fuerza que tomemos para levantar las penas y mantener a nuestros pies las alegrías. 

Recuerda que todo tiene una doble cara y... un día + es un día - 

Un eclipse

Me sentía fuera de sí, perdida entre la niebla, corría entre la bruma, buscando un halo de claridad, anhelando el calor de una mano que me agarrase y me sostuviese cuando no fuera capaz de levantarme. 

Tenía miedo, miedo a no encontrarme, y no poder volver a hallar la luz de la luna entre la oscuridad de la noche. Pesaba sobre mi el cansancio de la desesperanza, el tiempo fugaz a su paso y yo ciega por mis huellas. Mi único deseo, sentarme junto al árbol que creció y se secó, dormir y que al abrir los ojos la primavera llegase nuevamente a mi ser. El hielo del invierno congelaba mis sentidos, mi razón, y no existía abrigo ante una mirada llena de ansiedad y unos labios que perdieron su calidez ante los ojos que le acompañaban y le arrebataban su humedad. Y así me estremecí ante el último aliento de la noche. Un aliento que viene y va, que parece apagarse para de pronto, regresar con más fuerza. 

Esa noche no sería más que un eclipse; y como tal, hoy puedo decir que volvió a salir el sol.

Por los sueños que nos quedan

A veces, necesitamos tiempo para reflexionar sobre nuestra vida; ¿Qué fue lo que falló? ¿Qué puedo hacer para cambiarlo? Y no son pocas las ocasiones en las que no encontramos respuesta a tanta pregunta. 

No siempre podemos errar el daño que causamos, no siempre podemos lograr recuperar lo que nos dio tantas ganas de vivir; pero sí podemos seguir soñando con aquello que queremos que suceda y hacerlo realidad. 

El pasado forma parte de nosotros, cada palabra, cada sueño, cada recuerdo se quedará permanentemente con nosotros. Si sabemos aceptarlo, seguiremos flotando en el mar que nos baña cada día, pero cada segundo que pasa, se fue y no volverá, y si no podemos afrontarlo, malgastaremos los que nos quedan por llegar. Así que si no encuentras la respuesta deja de buscarla.

Latiendo en nuestro interior se queda la esperanza de un mañana mejor, por eso mismo, no debemos dejar que nadie nos rompa, que el miedo nos venza. Si puedes soñarlo, puedes hacerlo. 

Una huella

¿Qué somos sino un granito de arena en esa playa? 

Somos ese retrato vivo sobre la orilla del mar; esa marca que permanece momentáneamente sobre la arena mojada hasta que la ola nos alcanza, y nos borra sin darnos tiempo a pintarnos de nuevo. Somos como ese castillo de arena que tanto tiempo le costó a esa niña levantar y que tan deprisa alguien destruyó.

Frágiles, mortales, pero aquello que esculpimos dejará de ser efímero, esa huella que por mucho que alguien intente ocultar, siempre quedará grabada, siempre permanecerá en el camino que otros recorrerán. 

Somos una vida, un número entre millones en un mundo en el que vivas o mueras, sólo importará si tu huella dejaste en alguien. Yo quiero ser esa huella que uno pisa y al volver la vista atrás sabe que no borrarán sus pasos, esa huella que marca el camino a seguir como una estrella entre miles que se deja ver pero es dificil de encontrar. Quiero ser esa huella que no desaparece ni aunque me dejen de buscar.

Y la corona caerá

Lo cortés no quita lo valiente y si no hay mal que por bien no venga, no hay mal que cien años dure, arrimate al sol que más calienta y cobijate en el árbol con más sombra, porque a grandes males, grandes remedios y si a lo hecho, pecho; frente al mal tiempo, buena cara.

La vida no es un camino de rosas pero la excepción confirma la regla que creer es poder y que la fe mueve montañas. La juventud tiene la fuerza y la vejez la prudencia. Ánimo y al toro, que la perseverancia todo lo alcanza.

La realidad supera la ficción y así nos dimos cuenta, que cuanto más se tiene, más se quiere. Ahora es momento de cada uno en su casa y Dios en la de todos, pues los toros se ven mejor desde la barrera. Nunca llueve a gusto de todos, pero nadie tira piedras a su propio tejado, asique Fuenteovejuna, todos a una, pues gota a gota se llena la bota y muerto el perro, se acabó la rabia.

Y a quien madruga, Dios le ayuda, pues a quién mucho tiene, más le viene y el amor con amor se paga. Pues cada cosa a su tiempo y bien está lo que bien acaba. Ya que la experiencia es la madre de la ciencia y lo que mucho vale, mucho cuesta.

No cantes gloria hasta el fin de la victoria.

Esa copa

Tiempo que se consume como ese cigarrillo de la mañana; así olvidamos, así nos enamoramos. Si fumo otra calada es porque necesito conocerte un poco más, y si me gusta el sabor será porque creas adicción.

Tiempo que se consume como ese café en el descanso; así nos dejamos llevar, así se empieza todo. Si me lo tomo con calma es porque no quiero quemarme y si lo saboreo lentamente, es porque no quiero que nunca termine.

Tiempo que se consume como esa cerveza fría después de trabajar; así nos calentamos, así nos enfriamos. Si te bebo de un trago es porque la espera se hizo larga y si me pido otra, es porque no quedé satisfecha con una sola. 

Tiempo que se consume como esa mirada penetrante, así hablamos, así dejamos de hablar. Si aparto la mía es porque sobran las palabras; si la mantengo es porque sobraron hace 500 cigarrillos, 100 cafés y 50 cervezas.

Tiempo que se consume como esa copa que nunca tomé...

El valor de x

Tu vida es como una ecuación, una igualdad matemática compuesta por dos expresiones. Conocerte no es difícil si aprendiste del maestro; pues resolver la x es la cuestión. 

Esta incógnita ni tú misma sabes el valor; pero comienza el examen; verás que los corchetes desaparecen a medida que avanzas, que las divisiones, si las cambias al lado opuesto se convierten en multiplicaciones. Todo depende de qué perspectiva quieras tomar. Si algo te resta valor, cámbialo al otro lado de la expresión y se convertirá en la suma que necesitas. No subestimes el valor de esa raíz cuadrada, pues si sabes jugar con ella, podría ser quien potencie lo que eres. 

Al final de la ecuación el resultado siempre será el mismo; esa x despejada que encontró su valor real. Así es la vida; una ecuación a resolver en lo que lo importante es encontrar tu propio valor, eliminando los paréntesis, convirtiendo las restas en sumas y consiguiendo que lo que parece dividirse te multiplique.

A veces, nos olvidamos de nosotros mismos en la oscuridad de la noche; pero en algún momento alguien nos regala su luz más brillante. Que el resultado de todas tus operaciones sea infinito.

Reescribiendo la historia

Entre lágrimas aprendí que el dolor debe ser escrito para pasar a la historia. Así que un día, comencé a escribir una historia llena de guerras internas por el poder entre lo que estaba bien y lo que no; guerras en las que hay miles de muertos pero como es de esperar, la historia siempre la cuentan los vencedores.

Los hechos se sucedían en el tiempo tan rápido como se rompen las alianzas y se crean nuevos enemigos. La guerra fría es tan peligrosa como lo fue la bomba de Hiroshima, pero al final cuentan más los muertos de Pearl Harbor. Si esta historia esta marcada por guerras civiles, invasiones, guerras mundiales, asaltos al poder... ninguno de ellos han podido con quien hoy lleva esta corona. Pero la historia siempre se repite y como tal, no debemos dejarnos llevar por las utopías. Entre vítores se proclama hoy la victoria sobre los vencidos.

Entre sonrisas aprendí que la alegría me hizo invencible y no se puede vencer a quien es inmortal. Así que un día, comencé a reescribir mi historia...

Salud Mental

Si los míos piensan que el covid ya me afectó es porque otro día más siento esa necesidad de bailar por la cocina y cantar por el salón. Si sonrío hasta en la ducha es porque me siento tan llena que necesito desprender toda esta energía. Si escucho música antes de dormir y me relajo es porque ha sido un gran día, fuera estrés, fuera preocupaciones y de nuevo puedo dormir.

Creo que me volví loca porque nunca había estado tan cuerda. Creo que he muerto y he resucitado, porque nunca me sentí tan viva. Si dar un paso hacia atrás nos sirve para coger impulso; yo me hice la maratón. Si todo sucede por una razón y el destino nos tiene reservada una misión, hoy seré el agente 007. Si subir para abajo y bajar para arriba me hace escalar esta montaña, seguiré cayendo para poder alcanzar la cima.

Si un gatito me regaló 7 vidas y estoy preparada para vivirlas todas, no malgastaré cada una de ellas en planificar el resto. Que lo que tenga que venir me sorprenda y lo que no, no me decepcione. Nada puede pararme, nadie puede alcanzarme; hoy puedo decir que aprendí a ser feliz ¿podrías decir tú lo mismo?

Libertad

Amaneció temprano; no necesito despertador para abrir los ojos. La casa está en silencio; así que camino a oscuras por el largo pasillo hasta alcanzar la cocina. Me decido a prepararme un café y lo acompaño de ese cigarro.

Los primeros rayos de sol asoman tras el edificio de enfrente. Me asomo al balcón y puedo ver el estallido de colores que se dibujan en el cielo como si este estampado fuera a permanecer eternamente. Esa luz se esconde tímidamente por miedo a salir como se refugian hoy nuestros sentimientos.

Cierro los ojos por un momento y soy capaz de escuchar el cantar de los pájaros; el silencio de la mañana, y esas cenizas de un cigarro que se consume solo mientras me quedo anonadada por tanta belleza y sueño, sueño que soy esa estrella decidida a iluminarte; y sueño que soy esa ave decidida a deleitarte con mi voz; y sueño... sueño que soy libre

Y el sueño se hizo realidad...

Dualidad

A veces, nos cuesta aceptar que lo que está pasando no está a nuestro alcance. Que no podemos controlar nuestros impulsos más primarios, pues sentir es humano, y querer es cosa de dos.

No existiría el dos, si no hubiera un uno a su lado, de la misma manera que no tendría sentido escribir si no fuera un regalo que entregamos al que lo lee.

Todo se reduce a la dualidad, la paridad, la relación de dos buscando un propósito común. Una simbiosis de sentimientos. Dejarse atraer por la gravedad de aquello que aflora en nuestros corazones.

Una balanza no equilibraria si no tuviera dos lados,
Una palanca no levantaría si no tuviera un punto de apoyo,
La noche no alumbraria si no existiera el Sol,
Y al final, reducimos el conjunto de dos, a la unidad,
Pues yo soy, si tu eres.

Tu viaje

Te sientas sobre el volante  y comienzas tu viaje. Este trayecto está lleno de baches, pero también de badenes que hacen que saltes tan alto que creas que puedes volar. Lo esencial, es mantener el equilibrio y saber como aterrizar sobre el asfalto.

Mantienes una velocidad constante pero eso te aburre; así que decides pisar fuerte el acelerador. Ahora tu coche ruge con fuerza, pareces imparable, pero de pronto, un semáforo en rojo te hace pisar el freno. Reduces la marcha y STOP. Unos segundos más y vuelves a arrancar.

Observas la carretera, y pones rumbo a tus vacaciones tan deseadas. Bajas esa ventanilla y sientes la brisa; en la autopista no hay pasos de peatones. Llevas el cinturón bien abrochado, una buena música para amenizar esta marcha y decides poner velocidad de crucero; pero... no te olvides que los radares existen y a veces, correr no hará que lleguemos antes.

Decides hacer un alto en el camino para repostar, pero al intentar arrancar tu coche; el motor ya no funciona. No desesperes, siempre hay grúas y talleres; pero si no tiene arreglo, cambia de transporte y no permitas que un fallo de mecánica arruine tu excursión.

Lo importante de esta vida es llegar; el cuándo y el cómo, suceden cuando menos te lo esperas.

Gravedad

¿Qué es la gravedad? Sino la fuerza con la que se atraen dos cuerpos mutuamente. Aunque corras en la dirección contraria, ella te empujará hasta que os convirtáis en uno solo.

Que todo gire entorno a algo, y ese algo, se convierta en tu todo, tu mundo, y tú en su satélite. Vigilando siempre desde arriba, que todo vaya bien. Controlando las mareas y marcando el paso del tiempo.

Gravedad, una simple constante, inmutable, una aproximación a algo incalculable que permite tener los pies en la tierra y la mente en las nubes.

Nueve coma ochenta y tú.

El latido

Te extrañe, te lloré, te culpe por rendirte y te odié por abandonarme. Así perdí mi virginidad entre palabras que enmudecían al abrigo de estas hojas. Busqué el consuelo en el silencio que me rodea y con el tiempo, me acostumbré a mi voz. 

Te prometí la vida y el destino me dio la razón. Pero la vida es mucho más que un latido ... es esa energía que fluye, que desprendemos sobre el resto y que se carga de palpitaciones. La vida es ese impulso que sale del corazón y que se escapa del mismo en una fase de sístole. Esas vibraciones comienzan entonces a contagiarse por doquier, permitiendo que todo tenga sentido, que exista la vida para después, regresar a ti en una fase de diástole. 

Te prometí que nunca me rendiría y pese a la ramificación de tantas emociones multiplicándose por miles de vasos, el corazón sabe que, tarde más, o tarde menos, al final la sangre regresa de nuevo para bombearte y que vuelvas a ser tú.

Hoy sigues siendo mi latido y mi impulso, porque aunque ya no estés; sigues bombeando con más fuerza para que mi energía fluya día tras día.

Pausa

El final no es sino solo el principio de nuestra eternidad. La causa de una lágrima no es sino la consecuencia de una sonrisa. Una caída no es sino el motivo para levantarnos. Un sueño no es más que la sensación de estar despierto. Disfrutar la alegría no es sino el fruto de haber sentido la tristeza. Valoramos las cosas cuando ya las hemos perdido y aprendemos de los errores cuando no tienen solución. Si gritaste al silencio y te respondió, si en la noche te encontraste y te cegó la luz del día, si lloraste cuando todos reían y te sentiste sola entre tanta gente... eres humano.

Una pausa no es más que un alto en el camino, un lapso de tiempo que utilizamos para tomar aire, recuperarnos y seguir adelante. Todos nos agotamos y necesitamos una parada, a veces más larga, otras veces más corta, pero siempre reanudamos el camino. Cuando alcanzamos nuestro destino, pese a que hayamos necesitado innumerables pausas, todo quedará como un suspiro y el camino no habrá sido tan duro cuando lo recuerdes.

Pausa, rebobina y vuelve a empezar... A veces sólo necesitamos tomar aire para volver a respirar.

Mi habitación

Los sueños son como una habitación llena de cosas; a veces hacemos limpia de aquellas que ya no queremos, cambiamos el lugar de las que más necesitamos y otras, redecoramos las paredes y llenamos las estanterías vacías con recuerdos bonitos.

Siempre soñé con casarme, formar una familia, tener mi propio hogar y tal vez; ser feliz. Sin embargo, parece que todos esos planes se reorganizaron de otra forma para mi. Empecé la casa por el tejado, me casé sin tener novio, y forme mi familia sin quedarme embarazada. ¿Cómo iba a ser feliz así?

Tal vez, y solo tal vez, ahora que en esta habitación está todo desordenado, es más fácil darse cuenta que no necesito paredes de colores, ni estanterías con recuerdos; sólo necesito mirarme en el espejo para aprender que la felicidad está atravesando ese reflejo.

Casarse con alguien es ser tú mismo, pero con otra persona; así que deja de maquillar tu alma y que tu naturalidad enamore a quien sepa apreciar tu desorden más ordenado. Deja de mirar por la ventana buscando un espejismo de la felicidad y hazla tuya.

Como una ola

Tú que eres capaz de sonreír cuando quieres llorar; capaz de dar y dar aunque necesites recibir. Tú que te levantas siempre de cada caída y caminas sin necesidad de ayuda. Tu autoestima sube y baja como una ola, se eleva ante el tornado con más fuerza que nunca y baja cuando el mar entra en calma.

No hay palabras que puedan describirte, ni personas que lleguen a conocerte, más ese es tu gran secreto, tu identidad. No necesitas consejos, sólo apoyo para seguir nadando en el océano cuando te lances a sus frías aguas y no haya flotador al que agarrarse. Entre tantos peces, siempre habrá tiburones; pero no olvides que los socorristas también vigilan.

Que no pare nunca este ciclón; que la ola llegue hasta los desiertos más lejanos.

La realidad

Una fotografía en blanco y negro no es sino el reflejo de nuestro pasado. Nos dedicamos a mirar en estas cuatro paredes los negativos y nos olvidamos de las secuencias a color. No entendemos por qué hay fotos desenfocadas y nos empeñamos en aumentar su nitidez para darnos cuenta finalmente de que ya estaban pixeladas.

Miramos por el objetivo buscando aumentar el zoom, pensando que el carrete a revelar será de mejor calidad. Si eres fotogénico o no, dependerá del que manipule esa cámara, pero también de la panorámica y los retoques, de los contrastes y del montaje, de la proyección y los filtros.

Aprendamos a fotografíar a color y relieve esta película; convirtámonos en verdaderos artistas capaces de convertir nuestras instantáneas en verdaderas postales, llenas de matices y una composición con alta resolución.

La realidad tiene muchos enfoques y contrastes, pero sólo depende del fotógrafo que la plasme.

¿Qué esperabas?

Mírate, creciste, te convertiste en toda una mujer, ¿qué esperabas? ¿Que sólo fuera superficial? Tu mirada ya no es tan inocente, ni tu sonrisa tan pura. Los juegos ya no te gustan tanto y los castigos ya no son tan educativos. Ya no se tienen amigos preguntando, ni el amor más dulce es tan platónico, pero ¿qué esperabas? ¿Seguir jugando a la botella?

Te dedicaste a buscarte cuando aún no te habías perdido y ahora, reconocida tu ausencia tratas de recuperarte. Pensabas que jugando al escondite te encontrarías, pero debiste ocultarte demasiado bien. ¿Qué esperabas? Esto no es un pilla-pilla. 

Solía haber alguien junto a tu cama que te arropaba y te contaba un cuento antes de dormir. Soñabas con cuentos de príncipes y princesas pero en realidad olvidaste que también Caperucita y el lobo son cuentos para niños. ¿Qué esperabas? La historia interminable también tiene final.

Mírate, creciste, saliste del cascarón, así que deja de llorar como una niña lo que no supiste disfrutar como mujer. No esperes nada de quien todo dice darte, pero no abandones todo por quien no puede ofrecerte nada, porque en algún momento, todo surge de esa NADA y se convierte en tu TODO. 

Dominó

Una mesa, un dominó sobre la misma; una mano inocente remueve las fichas. Se reparten, cada cual coge las que considera serán mejores pero no podemos saber cómo será la partida. Observas detenidamente y sólo ves agujeros; que si bien jugados, podrán hacerte la ganadora, pero no todo está en saber jugar tus fichas; también el azar pone de su parte. Comienza el juego.

Tu adversario roba y aprovechas para coger ventaja, otra pieza puesta y cada vez ves más cerca tu victoria. Menos puntos negros ante tus ojos te hacen ver la esperanza cuando, de pronto, te toca robar. Robas tantas fichas que piensas que no podrás ganar. Tu adversario cada vez tiene menos y parece una derrota. Ya no quedan opciones sobre la mesa, empiezas a pasar y poco a poco van mermando tus posibilidades de cambiar la suerte.

Sin embargo, te paras a pensar y te das cuenta que el destino puede cambiar; tú llevas ahora el control, y tu adversario se ve inmóvil ante tu estrategia. Inicias la remontada hasta que todas las fichas son devueltas a la mesa.

Nunca des por perdida la partida hasta que no hayas jugado todas tus fichas.

El puzzle

El día a día es un rompecabezas, muchos pensamientos reboloteando, muchas ideas que se cruzan entre el tráfico de tu propio eco. Reconstruimos nuestro mundo como si se tratara de un puzzle. A veces son de 1.000, otras de 10.000, no importa cuan grande sea, simplemente debemos ir descartando aquellas que tienen distinto color.  Todas las piezas parecen iguales, pero solo una encaja contigo, así que deja de buscar entre las que tienen distinta forma.

Seleccionamos los bordes porque nos parecen más fáciles de unir, una casa, una familia, amigos, pareja, trabajo... pero lo importante está en el interior, es lo más complicado y muchas veces nos sentimos hormigas trabajando inúltimente, sacrificándonos para que otros más grandes nos pisoteen sin el mínimo esfuerzo. Por eso es importante que esta pequeña hormiga se crea un león ante su cazador; que su camino continúe pese a las dificultades del invierno, que se aparte aquel que se creyó elefante y se convierta en el rey de esta selva. Solo así veremos cómo todas las piezas encajan.

Ten paciencia cuando las piezas que creías ya no encajan como antes; con el tiempo encontrarás aquellas que debieron ser unidas.

Un nuevo yo

Aquello imposible hace realidad su existencia, lo que parecía intocable se transforma en pedazos rotos y lo frágil toma una fuerza imparable. Las tecnologías, que pensábamos nos volvían asociables, ahora nos acercan a los nuestros más que nunca. El descanso anhelado ahora es el estrés de muchos y si nos quedamos quietos avanzaremos más rápido. 

Todo cambia y todo se transforma. Nada aparece ni desaparece. Los amigos que se alejaron, podemos hasta retratarlos, y aquellos que parecían estar permanentemente, ni con el recuerdo realizaríamos un boceto. Los planes de netflix y manta ya no suenan tan bien y las tardes en familia comienzan a cobrar vida. 

Los amores olvidados son los más recordados mientras desintegramos las relaciones tóxicas que nos acompañaban en esa incoherente vida cristalina. Limpiamos nuestras redes como quien organiza su armario y redecoramos nuestros corazones como quien se va de compras un sábado. Así me siento rica para desvalijar estas cuatro paredes y gastar lo más valioso que tengo en adornarlas de nuevo. 

¿Y tú? ¿Estás preparado para deshacerte de lo viejo?

Éxito o fracaso

El fracaso y el éxito separados por una fina línea de percepción. Realidad incontrolada por los estados de tu mente inquieta te hacen soñar con los ojos abiertos. Dormiré entre los brazos de Venus si me arropa con su calor y despertaré rodeada por los anillos de Saturno si así aprendo a desvanecer mis pensamientos. 

Y si consigo viajar hasta las estrellas ellas serán mi luz cuando la luna se esconda; que si fracaso en el intento, será porque tu luz interior será el éxito de esta aventura hacia Neptuno. Y si su ira me acecha, me convertiré en sirena, aprenderé a cantar y mi éxito será que llegue a oídos de Urano, porque tu voz tendrá ganado el cielo. 

No tendré miedo al abrigo de Mercurio cuando sienta que la grandeza de Jupiter y su fuerza me persiguen, ni si quiera cuando el viento sople en la dirección contraria, porque el final de este viaje siempre será el mismo, la Tierra. Aunque estés a millones de años luz de ti mismo, no cierres los ojos para soñar que regresas. El éxito o fracaso sólo depende de cómo quieras despertar en esta locura irracional.

Única

Rubia o morena, de sport o elegante, pelo corto o melena, torpe o nerviosa, arriba o abajo, en pijama o con tacones... pero siempre con una sonrisa, siempre yo.

¿Ilusionada? ¿Por qué no? A veces si, a veces no, tal vez... porque soy así y me encanta. Dicen que tengo un encanto especial, será que soy diferente a las demás, con mis virtudes y mis defectos, única, al natural.

Que si soy un libro abierto es para que leas entre líneas y si hoy tengo ganas de bailar es porque tú pones la música en el ambiente. Déjame crecer en esta locura y te acompañaré hasta la luna, si es necesario.

Rebelde o traviesa, loca o concentrada, recién levantada o dormida, cariñosa o fría, según me traten, pero si me necesitas, ahí estoy. Soy como soy por lo que viví y no cambiaría nada que pudiera hacerme ser otra persona. Si te gusta, baila conmigo y si no, que no pare la canción.

Corten!!!

Escribo con la pluma invisible de mis dedos para dedicarte estas líneas; para que mis palabras ahonden en tus pensamientos. Escribo para recorrer la distancia que hoy nos separa y poco a poco te siento más cerca.

Escribo porque necesito que aquel que me hizo grande, que creyó en mí cuando nadie lo hizo, no se rinda ahora y se mantenga en esa cima. Escalamos tan alto, y es mucho el esfuerzo que realizamos para subir que no podemos tirarnos al vacío. No podemos mirar al abismo y lanzarnos sin antes seguir luchando. No es el momento; esta noche no.

Escribo para devolverte aquello que me regalaste sin pedirme nada a cambio. Que el huracán que sopla no te haga perder el equilibro. Cuando te sientas perdido en un laberinto, recuerda que siempre hay una salida.

Escribo porque sé que necesitas que alguien te diga lo importante que eres; que sin tu forma de mirar ese despertador no sonaría a gloria; que sin tus ganas de vivir y esa alegría, las horas entre estas paredes se volverían segundos.

This star is far, so far, make sure that it always shine, so smile in 5... 4... 3... 2... 1... vivo esperando que digan corten!!

De todo se sale

El dolor te atormentó desgarrándote y pensaste que te iba a romper. Las lágrimas inundaron tus mejillas en la oscuridad de la noche mientras nadie podía escucharte. Las horas se deslizan por esa esfera interminable y comienzas a recomponerte. Sigue doliendo, tal vez, pero su intensidad se va apagando.

El dolor no es debilidad, es relativo. El dolor significa vida, salud, porque cuando algo duele es porque está sanando. Las heridas abiertas hoy cicatrizan. Dejarán su huella cuando te mires en el espejo y por ello sabrás que estás más viva que nunca.

Que la vida es una noria, a veces tan alto y otras tan abajo, pero siempre en movimiento, sin frenar esta partida. Este es tu juego, así que lidera tu estrategia para ganar, enfréntate a tu oponente y no te rindas ante los obstáculos. Que si la vida es un carrera, no pienso llegar la última. Correré sin mirar atrás, pero sabiendo cuánto avancé y si vuelvo a tropezar, recordaré el camino que aún me queda por recorrer, pero no me quedaré sentada esperando que me sigan golpeando, porque el ser humano es capaz de levantarse con más fuerza cuando la zancadilla es más grande.

Sola o con tu ayuda, me levantaré hasta lo más alto, una y otra vez.